HIPERSENSIBILIDAD DEL NIÑO LLORÓN

 

 

RESUMEN

 

La forma de expresarse de todo niño recién nacido es llorando, pero un lloro muy persistente puede ser porque se le estén dando muchísimos estímulos, para que el niño se calme es muy importante que los padres estén tranquilos y serenos, a parte de que el llanto continuo del niño puede causarle sobrecarga psicológica que puede terminar en pérdida de la propia autoestima o en una depresión.

Cuando los niños no nacen en un buen ambiente familiar los niños pueden tener muchísimos problemas, tanto de crecimiento como para desarrollarse motrizmente, también podían tener problemas a la hora de hablar y de ver, sobre todo si no se solucionan durante el primer año.

 

-         El llanto persistente y enérgico de los niños, priva del sueño a sus progenitores, amén de inducirles una sobrecarga psicológica que puede terminar en pérdida de la propia autoestima, en una depresión e incluso en una actitud agresiva contra el lactante. Esta tensión en los padres se traslada a su vez al niño y le dificulta todavía más el reposo.

-         La mayoría de estos pequeños gritones tienen un cuerpo sano. El dolor abdominal y la acumulación de gases constituyen la consecuencia, no la causa del llanto.

-         No debemos limitarnos a que los llantos cesen por agotamiento, tal proceder podría alterar el desarrollo psicosocial del niño, hay peligro de que este adopte una actitud resignada. Puede temerse incluso un trastorno del desarrollo neuronal.

-         El niño no tiene otra forma de expresarse, aunque las causas que desencadenan el llanto varían de un bebé a otro.

-         Las informaciones sobre las familias son importantes. Es imprescindible considerar a la familia como un todo.

-         Cuando un niño padece un aluvión de estímulos, una intencionada reducción de los estímulos lo facilitó experimentar vivencias en el policromo mundo de su alrededor y encontrar su propio ritmo vital.

-         El estado de ánimo de los padres influye muchísimo en los niños. Importa que los padres dispongan de tiempo libre, pues sólo cuando el niño percibe que sus padres están tranquilos y contentos puede él mismo calmarse.

-         Quien ha padecido penurias en su infancia desea un entorno mejor para sus propios hijos, pero con frecuencia no acierta en la forma de actuar.

-         Un exceso de amor materno puede resultar agobiante y frustrar el desarrollo del niño. La consecuencia es el distanciamiento y el rechazo frente a unos cuidados prestados con la mejor intención del mundo.

-         Un padre en su preocupación por hacerlo todo bien puede interpretar erróneamente las señales que recibe de su hijo.

-         Los lactantes necesitan menos estímulos de lo que se cree. Su interés por el mundo que les rodea no exige despertarse con un aluvión de  juguetes, que desde un principio, se da por naturaleza. Mientras que unos niños están siempre ávidos de novedades, otros se sacian en seguida. No pueden cortar ese lazo y se convierten en niños llorones.

-         Su postura preferida es la erecta porque le permite ver más cosas. Pero esa extraordinaria sensibilidad y ese interés por el mundo le originan pronto una sobreestimulación que le lleva a los temidos ataques de llanto.

 

ENANISMO PSICOSOCIAL

 

-         El llamado enanismo psicosocial se debe a un contexto familiar o social precario que entorpece el crecimiento del cuerpo y el desarrollo del cerebro. No podemos atribuir ese defecto a la escasez alimentaria.

-          Con cuidados y ejercicios idóneos se puede en ciertos casos contrarrestar el retraso del crecimiento y hacer que el niño llegue a tener una talla correspondiente a la media de los de su edad. Pero por desgracia, las secuelas psicológicas e intelectuales suelen ser indelebles.

-         Es el lenguaje corriente, el término “carencia” evoca las insuficiencias nutricionales. Sin embargo, hay también carencias psicológicas o educativas cuando un niño no recibe el afecto o la instrucción suficientes.

-         En los pequeños privados de afecto, se alteran el crecimiento físico, el desarrollo psicomotor e intelectual y varios aspectos del comportamiento.

-         Para desarrollarse adecuadamente, el pequeño ha de tener a su lado a un adulto que le garantice no sólo los cuidados corporales y la alimentación necesaria, sino también su confort físico y psíquico, su educación y sus tiempos de juego. A falta de lo cual, corre el peligro de sufrir trastornos de desarrollo, con inevitables secuelas en la edad adulta.

-         Aún siendo importantes sus capacidades de reparación corporal, los niños que en la primera infancia han sufrido carecías están sujetos a trastornos en la adquisición del lenguaje oral y escrito, hallan dificultades escolares desde la fase de instrucción materna y en la primaria. Incluso después de haber alcanzado una talla y un peso normales.

-         George Powell comprobó que los niños privados de estímulos afectivos interrumpían o reducían la secreción de hormona del crecimiento. Conservaban la capacidad, puesto  que basta con separarles de aquel ambiente para que la secreción se normalice.

-         Alain Guilhaume hizo notar que en esos niños no se dan ya las fases del sueño lento profundo; su descanso reparador se ve entrecortado por sueños frecuentes. En cambio, cuando se les separa de su entorno carencial, reaparece a los pocos días en ellos el sueño profundo. Puesto que la hormona del crecimiento se segrega durante las fases del sueño lento, unos se siente tentado a decir que para crecer bien hay que dormir bien.

-         A lo largo del primer año de vida, el cerebro se va desarrollando a través de varias fases cuya sucesión se halla finamente regulada. Si durante este período de crecimiento sobreviene una enfermedad, se corre el riesgo de que las interconexiones se establezcan incorrectamente; las consecuencias patológicas de ello pueden ser irreversibles. En esta circuitería influyen la nutrición, los estímulos, las vivencias psicológicas de ello que pueden ser irreversibles.

-         El crecimiento del cerebro de un lactante desasistido se acelera justo después de un cambio de entorno.

-         Para adquirir una visión normal, no basta con que tengan un sistema visual, una retina y un cerebro normales. Deben recibir estímulos visuales desde el comienzo de su vida. Un bebé que nazca con un obstáculo ante su retina, corre el riesgo de tener alterada la función visual si no se le trata a tiempo.

-         Durante este período crítico, la estimulación visual no basta por sí sola para que se adquiera la visión correcta.

-         Un recién nacido mirará antes a un rostro estilizado que a la representación de un objeto. A los pocos días de vida, detecta las emociones expresadas por un rostro humano y reacciona ante ellas. Así, los lactantes dejados de lado, por los que nadie o casi nadie se interesa o a los que nadie habla, reciben menos estímulos y pierden su motivación para los contactos interindividuales. Esto explicaría que su visión se desarrolle insuficientemente y que a la edad de aprender a leer él se encuentre con dificultades para el lenguaje escrito, que requiere la visión.

-         Desde que nacen, los bebés perciben las diferencias entre los fonemas de la lengua, sea esta la que fuere. A partir de los seis meses de edad, el bebé pierde esta capacidad general de distinguir todos los fonemas y atiende sólo a los que le sirven para acceder al sentido de palabras y después al lenguaje.