“¿QUÉ HACEMOS CUANDO VIENEN NIÑOS CON FIEBRE A LA ESCUELA?”

 

 

Resumen:

 

Ante esta compleja situación nos encontramos varias posturas, argumentadas por docentes, y una opinión médica: hay quienes permiten a los niños acudir enfermos a clase y los medican (bien por prescripción médica, bien por indicación materna); otros centros optan por llamar a la familia y/o llevar al niño al centro de salud, sin medicarlo bajo ninguna circunstancia; otras posturas tratan de buscar una solución intermedia en la que se valoren los riesgos y beneficios tanto para el niño afectado como para el grupo escolar, actuando en función de cada caso particular.

La opinión médica nos llama a la prudencia, para que tengamos en cuenta que no se debe usar los medicamentos salvo cuando resulte imprescindible, y nos recuerda que debe prevalecer el interés del niño, para quien lo más recomendable cuando esté enfermo será quedarse en casa recuperándose.

 

 

IDEAS PRINCIPALES:

 

  1. Cuando viene un niño con fiebre a la escuela le suelo dar los medicamentos que le ha prescrito el médico o me ha indicado la madre.
  2. Si tiene mucha fiebre no se permite traer al niño a la escuela.
  3. Cada familia tiene su propia forma de tratar la salud del niño y hay que respetarla.
  4. Enfrentarse a los padres es crear situaciones tensas, que directa o indirectamente repercuten en el niño.

 

(J. Etxeberría. Escuela Infantil Marieluts. Hernani. Guipúzcoa.)

 

 

  1. Cuando un niño muestra síntomas de fiebre, lo primero que hacemos es medir su temperatura con el termómetro.
  2. Si tiene fiebre intentamos localizar a la familia para que lo recoja.
  3. Si no podemos contactar con la familia o la fiebre es elevada, se le traslada al centro de salud, sin dejar de intentar avisar a los padres.
  4. En ningún caso suministramos medicamentos a los alumnos, ya que los maestros/as no estamos autorizados para ello, y no sabemos las consecuencias que esto podría acarrear.

 

(C. R. Morillas Ruiz. CPR Sánchez Mariscal. La Mamola. Granada.)

 

 

  1.  La defensa natural necesita tiempo y tiene que seguir un curso. A menudo nos precipitamos en los tratamientos, innecesariamente, ya que el sistema inmunitario podría resolver la situación.
  2. El médico es el responsable del diagnóstico y tratamiento con los medios de que dispone.
  3. Un niño con fiebre necesita no malgastar sus energías. Por ello es mejor que se quede en casa descansando, con el tratamiento adecuado.
  4. No es recomendable el uso indiscriminado de medicamentos con el fin de que el niño pueda seguir asistiendo a la escuela. Los niños también tienen derecho a la “baja”.
  5. La homeopatía es una excelente herramienta, ya que estimula las defensas y evita usar defensas artificiales (antibióticos, antiinflamatorios…) reservando su uso para cuando sea necesario.

 

(Dr. Víctor Casaprima Sagués. Instituto Médico del desarrollo infantil. Barcelona.)

 

 

  1. Cuando ambos progenitores trabajan y la familia no puede acudir al centro escolar para recoger al niño enfermo, optamos por medicar, siempre que la medicina venga acompañada de la receta y las instrucciones de aplicación.
  2. Para los casos que lo requieran (inyecciones…) acude una ATS del centro sanitario para aplicar el tratamiento y explicar la aplicación a las personas encargadas del niño.

 

( Nekane Otsoa Abrisketa. Arrankudiaga LHI. Arrankudiaga. Bizkaia.)

 

 

  1. Los niños enfermos no pueden acudir a la escuela si ello perjudica su bienestar o existe riesgo de contagio.
  2. Ante las múltiples situaciones particulares que requieren atención, la escuela se queda sin respuesta para atender la necesidad tanto de los niños enfermos como de los que corren el riesgo de contagio.
  3. Hemos de tomar decisiones para defender el derecho y las necesidades de todos. Nos queda medir, sopesar y decidir cuál es la solución menos perjudicial para unos y otros.

 

(Michi Garzón. Maestra de Educación Infantil. Madrid.)