Resumen del artículo: “Los niños y la pena por la muerte de un ser querido”

 

 

 

            Este artículo explica y nos da una serie de recomendaciones para comprender y ayudar al niño de forma adecuada cuando sufre la muerte de algún ser querido. Así por ejemplo, los niños de infantil creen que la muerte es algo pasajero y reversible.

Los familiares que rodean al niño deben prestarle en ese momento una mayor atención y no descuidarlo. Se le debe permitir que exprese libremente sus sentimientos y ayudarle a sobreponerse a la pérdida, ya que la negación a largo plazo a admitir que la muerte ocurrió no es saludable.

A veces la pena que sufren se convierte a largo plazo en un problema que puede requerir ayuda profesional. Una de las señales que evidencian este problema puede ser la regresión a una edad más temprana o una depresión persistente.

 

Ideas más importantes:

 

“Los niños y la pena por la muerte de un ser querido”

 

-         Cuando un miembro de la familia muere, los niños reaccionan de manera diferente a los adultos.

-         Los niños de edad infantil creen que la muerte es temporera y reversible.

-         Los niños de entre cinco y nueve años comienzan a pensar más como los adultos acerca de la muerte, aunque todavía no pueden imaginarse que ellos o alguien cercano a ellos puedan morir.

-         Normalmente, a la conmoción y a la confusión que sufre el niño se añade la falta de atención adecuada de otros familiares que no pueden asumir adecuadamente la responsabilidad normal de cuidar al niño.

-         Es normal que durante las semanas siguientes a la muerte algunos niños persistan en creer que el familiar querido continúa vivo.

-         La negación por parte del niño a largo plazo a admitir que la muerte ocurrió, o el evitar las demostraciones de tristeza, no es saludable y puede dar lugar a problemas más severos en el futuro.

-         No se debe obligar a un niño asustado a ir al velatorio o al entierro de un ser querido, pero el honrar o recordar a la persona de alguna manera puede servir de mucha ayuda.

-         A los niños se les debe permitir el expresar su pérdida y pena como ellos crean.

-         Una vez que el niño acepta la muerte, es normal que manifieste su tristeza de vez en cuando, a veces de forma inesperada.

-         Los parientes que se quedan con el niño deben pasar todo el tiempo posible con el niño y hacerle saber que es libre para manifestar sus sentimientos abiertamente.

-         La ira es una reacción natural cuando la persona fallecida era esencial para la estabilidad del mundo del niño.

-         Cuando muere un padre o una madre muchos niños actúan como si tuviesen menor edad. El niño temporalmente actúa de manera más infantil.

-         Los niños más pequeños frecuentemente creen que ellos son la causa de lo que sucede a su alrededor.

 

 

-         Las señales más frecuentes que indican que el niño sufre problemas serios de pena son: un período prolongado de depresión durante el cual el niño pierde interés en sus actividades diarias, insomnio, pérdida del apetito, miedo prolongado a estar solo, regresión a una edad más temprana, imitación excesiva de la persona muerta, decir frecuentemente que quisiera irse con la persona muerta, el aislamiento de sus amiguitos o el deterioro pronunciado en los estudios, entre otros muchas señales.

-         Si estos síntomas persisten puede que se necesite ayuda profesional, para que el niño reciba apoyo durante el proceso de pena y luto.