Resumen
del libro: “Todo un mundo de sensaciones”
Está dividido en capítulos por etapas
temporales del bebé. Hace un análisis desde los 0 años hasta los 6 meses de
vida, mostrándonos la evolución que va aconteciendo y los hitos que el niño va
consiguiendo durante su desarrollo.
Este libro tiene un claro objetivo, orientar
para jugar con nuestro bebé y desarrollar sus capacidades motrices e
intelectuales mediante el juego.
Todo bebé que inicia el desarrollo de sus
facultades es mucho más feliz y va adquiriendo autoestima, ese sentimiento
valorativo que resulta tan útil e indispensable en el ser humano.
Así, las autoras de este libro se han
esmerado y han creado un nuevo concepto dentro del área de la primera infancia,
la prevención de problemas visuales y del desarrollo motor e intelectual.
Lo más importante y lo que más reiteran las
autoras es:
- La importancia de los masajes a los
bebés, que los recomienda encarecidamente en todas las frases.
- El juego como elemento importantísimo en
la estimulación del bebé.
- Y sobre todo, destaca la necesidad del
contacto físico entre el bebé y la madre.
“Hacer que tu hijo crezca feliz”
- La vida empieza con la concepción en el
vientre de la madre. Desde ese momento hasta el nacimiento, el niño se mueve,
oye y ve. Una vez que nace, la atención y cuidados deben ser constantes ya que
los bebés nacen inmaduros, con inmunidad baja e incluso con el oído derecho
más sensible. La piel de la madre, el olor, la voz y sus latidos del corazón
son los transmisores más importantes de sensaciones, dándole tranquilidad y
sosiego.
- Durante la primera quincena de vida del
niño es muy importante que esté excesivamente tranquilo. Esa tranquilidad es
transmitida por los padres ya que les proporciona calma, amor y ternura. Esos
niños que cuentan con la intervención activa de los progenitores obtienen una
maduración intelectual más rápida.
- Sus sentidos se van desarrollando,
distinguiendo sabores, prefiriendo el dulce frente al amargo. La palabra se
grava en el hemisferio izquierdo y la melodía en el derecho. Su sentido
auditivo está desde su nacimiento muy desarrollado. En este momento van
apareciendo los primeros reflejos como es el de succionar. Para el desarrollo
del movimiento, dejar al niño desnudo en una habitación (27º C) bajo la mirada
del adulto, hace que pueda moverse y explore su cuerpo.
- El bebé suele dormir durante los primeros
quince días unas 19 horas. Este sueño ayuda a la maduración cerebral. Dormir
con los puños cerrados es muy común en los bebés pero si se le acaricia el
dorso con suaves presiones, la mano se abre. Mediante los masajes actuamos
sobre el sistema respiratorio, vascular, linfático, muscular y nervioso.
- El bebé de quince días no percibe
colores, sólo contornos a 25-30 cm., prefiriendo los rostros humanos, sobre
todo el de la madre. Al mirar y no tener mucho control sobre los músculos de
los ojos, hacen movimientos bruscos y torpes, dirigiendo primero la vista a la
zona donde inicia el crecimiento del pelo porque es zona de contraste
blanco/negro. Cada niño tiene un lado de preferencia donde gira con más
frecuencia su cabeza.
- La voz de la madre y la música clásica
relajan al niño. Los niños prefieren sonidos agudos, divirtiéndose con sonidos
rítmicos, aburriéndose con las voces monótonas y se asustan con los sonidos
graves y repentinos. Para relajar al niño hay que seguir el ritmo de su
respiración.
- Sobre los dos meses, los ojos del bebé se
enriquecen a través de la boca y la manipulación, por eso cuanto más objetos
adaptados para él pueda chupar, más cualidades podrán reconocer sus ojos. Si
mientras el niño tiene un objeto en la mano tendemos a retirárselo, podemos
fomentar su ansiedad.
- Las experiencias motoras y emocionales
vividas en relación con su madre influyen en su evolución. El bebé procesa la
información del medio ambiente a través del contacto corporal.
- A los tres meses empieza a descubrir sus
experiencias como ser individual, disminuyendo la relación simbiótica con la
madre. Aquí es donde la madre puede buscar grupos de bebés donde su hijo pueda
incorporarse y comenzar relaciones sociales, siempre en presencia de sus
padres.
- Ya va existiendo coordinación entre los
ojos y oídos del bebé, que puede relacionarlos con los movimientos de cabeza y
manos. El niño va entrando en el mundo de los colores, utilizando juguetes
vivos y brillantes. También es bueno sacar al niño de paseo, para que comience
a escuchar los sonidos de la naturaleza, ver pájaros,…
- A la edad de cuatro meses, su campo
visual es prácticamente de 180ª y con la posibilidad de discriminar formas. El
niño va siendo capaz de coordinar los ojos y enfocar objetos a distinta
distancia. Hay que procurar que el niño no mire siempre la habitación del
mismo ángulo y fomentar el enfoque visual con ayuda de espejos.
- Manipular objetos con sonido le va a
proporcionar estímulos sonoros, táctiles y visuales. A los cuatro meses no son
capaces de mantener dos objetos, uno en cada mano a la vez.
- La atención y el interés que tiene el
niño por todo lo que le rodea son funciones mentales que, unidas a las
sensoriales y motrices, desempeñan un papel decisivo en el desarrollo de su
inteligencia. Este mes, el cuarto, es un buen momento para comenzar a
disfrutar de estar consigo mismo.
- El niño ya a los cinco meses comienza a
utilizar sus manos con eficacia, intentando coger todo lo novedoso y
despreciando lo antiguo. Existe relación entre el desarrollo manipulativo y el
intelectual.
- La visión va siendo más nítida y empieza
a reconocer caras. Va siendo capaz de distinguir las distintas emociones que
expresa la cara e incluso antes de que el bebé pueda expresarse con palabras,
entiende lo que le decimos.
- A los seis meses, empieza a reconocer la
forma, tamaño y posición de los juguetes. Tira los objetos de la mesa para
observar la caída de estos. Es bueno cambiarle los juguetes regularmente.
- Para que el bebé se sienta feliz,
necesita jugar con sus padres, desarrollar su sentido de humor y sentirse
valorado. Tratar al bebé con cariño ya que detecta el amor o el enfado que le
damos en cada una de sus expresiones faciales que nos dedica.
- A esta edad de seis meses comienza a
imitar a los demás; se mira en el espejo, experimenta, se siente atraído pero
no se reconoce y es posible incluso que empiece a gatear. Aumentan los gestos,
vocalizaciones y sonrisas.